Distopías de un Morelos entre el Vicio y la Virtud; entre el Libertarismo y el Liberalismo.
(Ensayo ganador del 1º Lugar en el Concurso de Ensayo Estatal del Congreso Bicentenario de los Sentimientos de la Nación)
José María es tu nombre,
Oriundo de Valladolid,
Soñador de un Mejor Mundo,
Ejemplo de un gran hombre.
Morelia por ti se llamó, la
Antigua Valladolid;
República y Patria nos diste,
Independencia y Constitución,
Admirable general.
Morelos, Nicolaita
Orgullo de la Nación,
Recibe la admiración
En este bicentenario,
Lealtad y gratitud a tu
Olímpico regalo, tus
Sentimientos de la Nación.
(María Guadalupe Calderón Corona[1])
Javier Carbajal Núñez
Sienta usted, dama o caballero, cómo bombea sangre su
corazón hacia todo el cuerpo cuando la batalla entre la vida y la muerte
asecha. Cuando la libertad y la opresión se tienden a duelo forcejeando el
porvenir de una nación. Y es que hubo una vez un hombre en estas tierras que
cualquier leyenda que se parara a su lado tendría que alzar el cuello y las
puntas de los pies para aspirar a alcanzar sus hombros, pero no grande por
superioridad ególatra, sino por humildad, visión y fuerza dirigida al cambio,
la libertad y la independencia.
Aquél que dijo: “morir es nada, cuando por la patria se
muere”, aquél que Napoleón Bonaparte admiraría y diría que como él “denme 3 y
conquistaré el mundo.” Quien comenzó la independencia de la Nueva España de la
corona española al lado de Miguel Hidalgo, mismo héroe que lo inspiraría tras
varias entrevistas y misivas, para que creara lo que hoy día conmemoramos con
un bicentenario, ese importantísimo documento llamado Los Sentimientos de la Nación.
Y para hablar de Los Sentimientos de la Nación, querido
amigo lector, requerimos más que hacer uso de nuestra agraciada y presumida razón,
y es que, si un texto político es capaz de ponernos senti-mentales, es el referido,
e incluso más allá de la razón y el sentimiento, resulta pertinente hacer uso
de la fantasía para dimensionar la importancia de la vida del Generalísimo[2] José
María Teclo Morelos Pérez y Pavón, humilde Siervo de la Nación, y los
sucesos que tuvieron que ocurrir para darle existencia a ese documento que
escribió con su puño y letra presentándolo en voz del abogado Juan Nepomuceno Rosáinz[3], su
secretario particular, ante el Congreso de Anáhuac un día 14 de septiembre del
año 1813 en Chilpancingo, para entonces y nunca más, la Nueva España.
La importancia de este documento que consta de 23
artículos, los primeros 22 escritos por Morelos y el vigésimo tercero escrito por
el “El Supremo Congreso Gubernativo de la América Septentrional” tal y como él
mismo lo nombró –para efecto de creación de leyes-, es inexorable pues fue el
primero en fijar una constitución que normaría la vida de una nueva Nación[4]: la
América mexicana, “…libre e independiente de España y de toda otra nación,
gobierno o monarquía…”[5].
Siendo tal su importancia, echemos pues a andar la fantasía
y vislumbremos lo que hubiese sucedido en ciertos momentos clave de la vida de
Morelos si la complejidad de hechos que tuvieron que ocurrir para que se
crearan los Sentimientos de la Nación hubiese sido distinta y, a manera de
efecto mariposa, en donde al cambiar un factor por mínimo que parezca, se
altera el producto y, en nuestro caso, toda una realidad social en donde las
cosas hubieran tenido un devenir totalmente distinto, inesperado y terrible.
Tan sólo pensemos en aquél joven José María, hijo de
carpintero[6] -al
igual que aquél otro mártir con el que seguramente se habría identificado pues
él era un joven religioso-, que ni escribir sabía, oriundo de Valladolid, hoy
Morelia, lo que él mismo definiría para entonces como un jardín; quien tuvo que
trabajar de arriero porque jamás consiguió que le hicieran válidas las tierras de
su abuelo fallecido y quien se tuvo que hacer sacerdote pues era la condición
que dejó por escrito el abuelo para que lograsen adquirir la herencia y,
además, en aquella época, vestir sotana y crucifijo era de lo más cool y significado de estar in, señala Alonso Hurtado (2003), pero
así se forjó un espíritu grandioso a
medida que el pueblo le confesaba sus pecados y éste iba reconociendo los
sentimientos de su nación. (Distopía 1): Obtuvo las tierras de su abuelo, su estatus económico se elevó y llegó
a ser un hacendado egoísta, opulento y de alcurnia que poco lo importó la
independencia.
Él era un joven pueblerino, alegre, incluso sarcástico, que
gustaba de la muchachada y estaba presente en todas las fiestas parroquiales en
donde se tomaba charanda que es la bebida alcohólica típica de Michoacán, equivalente al mezcal
pero extraída de la caña. (Distopía 2): Cayó en el vicio de la bebida y se
convirtió en el borrachito del pueblo. Solía pelear con los extranjeros y
deliraba diciendo que él independizaría a la Nueva España; al final murió de
una congestión alcohólica.
Entra a estudiar al Colegio de San Nicolás Obispo a los
25 años de edad entre 1790 y 1795, periodo donde paralelamente el mismísimo
cura Miguel Hidalgo y Costilla ejerció como rector antes de ser despedido por
aceptar la instrucción jesuita y no la franciscana, que era la aceptada. José
María destacó y recibió honores por sus elevados conocimientos y profundos
valores.
Siendo él el mayor del aula, pues la mayoría de sus
compañeros rondaban entre los quince años, y aunque posiblemente fuera el “abuelo”
o “ruco” de la clase, esta situación le favorecía pues para entonces él ya era
un joven templado, autodidacta y podía discernir mejor los contenidos a
diferencia de sus inquietos compañeros. (Distopía
3): Morelos entró a la escuela en la edad regular y su conducta fue
indisciplinada por lo cual tardó años en educarse, no fue reconocido y no tuvo
a Hidalgo como rector y por tanto su motivación no fue la misma en la lucha de
independencia pues la figura de Hidalgo poco representó para él.
Humberto Aguilar Cortés[7]
(2013) intuye que el joven José María, interesado por el conocimiento, comienza
a leer autores como “Charles Fourier y G. Lefranc, que vienen a ser las
referencias de Proudhon, toda vez que de los primeros pensadores franceses sus
libros se encontraban en 1789 en la biblioteca del Colegio de San Nicolás…”. Curiosamente,
autores clave para el estudio de la filosofía libertaria y la ideología anarquista.
Concordante con la filosofía libertaria, encontramos
previos a los Sentimientos de la Nación, incluso en la misma libreta donde los
escribió, un escrito que databa de un par de meses antes que se llamaría “Medidas
Políticas que deben tomar los jefes de los ejércitos americanos para lograr sus
fines y evitar la efusión de sangre de ambas partes”, documento que sería
enfrentado contra los “Elementos Constitucionales o puntos de nuestra
Constitución” de Ignacio López Rayón[8]
creado en 1812, documento previo a los Sentimientos de la Nación, que sería
producto de la “meditación profunda, de la quietud y de la paz” y pretendería
“fijar la felicidad” de la nación y “manifestar a los sabios cuáles han sido
los sentimientos y deseos de nuestro pueblo”, pero no como una legislación,
sino como un preludio de una constitución.
Morelos, al recibir en su correspondencia los Elementos
Constitucionales y a pesar de que eran similares a los Sentimientos de la
Nación, los desaprobó y principalmente lo hizo tachando el nombre de Fernando
VII como en quien dimanaría el poder y haciéndole observaciones en los
artículos 5, 14, 17, 19, 20, 37 y 38. Para Morelos el poder tendría que dimanar
inmediatamente del pueblo[9]. (Distopía
4): Rayón con su megalomanía y afán
de convertirse en héroe, no le envió la correspondencia a Morelos y armó, un
año antes, su propio Congreso presentando los Elementos Constitucionales como
una verdadera constitución. Así retrasó
la independencia pues Fernando VII siguió en el poder legítimanente, ya bajo
ley de la nueva nación y a Napoleón Vonaparte le hubise sido fácil adueñarse
de la Nueva España pues tenía capturado
a Fernándo VII y el pueblo seguiría con el paradigma de que de los extranjeros
tiene que dimanar el poder.
Humberto Aguilar Cortés (2013), en su análisis del
sentimiento doceavo, publicado en el libro conmemorativo de los Sentimientos de
la Nación por la Secretaría de Cultura del Estado de Michoacán, hace un rico
contraste de ese documento escrito por Morelos llamado “Medidas Políticas que
deben tomar los jefes de los ejércitos americanos para lograr sus fines y
evitar la efusión de sangre de ambas partes” y lo pondera citando ideas
primeramente de los Sentimientos de la Nación y en seguida del de Medidas
Políticas…, resultando impresionante la diferencia en la forma de expresión de
Morelos que rebasa el puro discurso y atenta de una manera radical contra la
vida social:
Una
cosa es decir que la ley es superior a todo hombre, y otra muy diferente es
sostener que la nación tiene enemigos y que éstos son los ricos, los nobles,
los empleados, los criollos y los gachupines; y también es muy diferente
señalar que se moderen la riqueza y se disminuya la pobreza, respecto de “destruir
las haciendas de metales, sin dejar rastro”; una cosa es que el pobre reciba un
jornal, para mejorar sus costumbres, alejarse de la ignorancia, la rapiña y el
hurto y otra muy distinta que los pobres estén autorizados a considerar
enemigos a los ricos, nobles y empleados, para despojarlos de todo su dinero y
de los bienes raíces o muebles que tengan; y una cosa es “destruir lo antiguo…
para reedificar” lo nuevo y otra muy distinta es que una Buena Ley debe salir
de un Congreso que está compuesto por personas que provienen de diversos
estratos sociales. (P. 156)
Notamos pues a un Morelos más como guerrillero y
anarquista que como estadista y constitucional. ¿Qué pasó con Morelos?
Conjeturamos dos posibilidades; la primera es que era lo que se requería para
la situación: la guerra y el desconocimiento del gobierno virreinal, o bien,
que como ese era un documento previo a la legislación y únicamente para jefes
militares, por obvias razones sería más bélico que pacifista pues para
construir una nación, como bien lo sabían los españoles, primero había que
destruir la anterior.
Ya en los Sentimientos de la Nación, Morelos muestra
templanza, moderación y reluce una estirpe más de liberal que de libertario,
incluso ya Morelos instituye la propiedad privada como ley y su pena a los
infractores que no respeten ese “asilo sagrado”[10]. De
hecho, Ma. Guadalupe Calderón Corona (2013) en su análisis sobre el sentimiento
vigésimo primero en el libro anteriormente citado, muestra que para que Morelos
hiciera la separación de los tres poderes de Estado: Legislativo, Ejecutivo y
Judicial, habría retomando a Montesquieu y sobre el concepto de “Soberanía”
habría retomando a J. J. Rousseau[11],
autores que claramente fueron librepensadores.
Así como también Ma. Cristina Torres Pacheco[12] nos
dice que estuvo influenciado por las ideas de John Locke y de Blackstone,
filósofos ingleses que ya antes habían promovido la separación de los tres
poderes, al igual que, por su parte, estaba informado de las constituciones de
Virginia, E. U. (1776) y de Francia (1791) que le apostaban a este mismo
sistema de gobierno. (Distopía 5): Morelos se quedó en su etapa de anarquista y
militar y en su arrebato bélico muere sin antes pasar a su etapa
constitucionalista y crear los Sentimientos de la Nación.
Para concluir, podemos decir que estas 5 fatales
realidades fueron posibles en la vida del Siervo de la Nación y el futuro de
México, pero a pesar de los avatares de su vida y las vicisitudes de la
historia, Morelos fue un hombre excepcional que con gran visión pudo luchar
estratégicamente desde lo militar hasta lo legislativo, acorralando así a los españoles
y dejándoles sólo una puerta abierta: la de salida.
Al respecto de la inmutabilidad y necesaria razón de ser
de los hechos que ocurrieron y las ideologías que demarcaron la ruta para la
conformación de esta nación a través de ese valioso documento, Rodrigo Guerra
(2012) señala que:
La historia es una realidad;
la consistencia ontológica del pasado histórico es peculiar, contingentes que sucedieron
en un cierto momento de lo que fue adquieren inmodificabilidad, nos muestra que
todo lo que hacemos en el fondo adquiere un significado en el reino de lo
necesario y absoluto; lo que fue puede identificarse sin más con nada. (P.
167).
Siendo cierto esto, fue necesario que Morelos fuera
sacerdote pues poseía un poderío enorme ante el pueblo como una figura
paternal, figura que como sabemos constituye la base de la cultura occidental y
las dinámicas familiares, si no ahora, al menos sí para ese tiempo; y a su vez, padre (en términos religiosos) como
aquél que está conectado directamente con la palabra de Dios, y si aquél que
hablara con Dios demandaba la guerra, así se haría.
Por otro lado, el hecho de Hidalgo emprendiera la lucha
con un estandarte de la Virgen de Guadalupe y luego Morelos escribiera por ley
constitucional que se celebrara el 12 de diciembre como el día oficial de la
“patrona de nuestra libertad, Martía Santísima de Guadalupe”[13], da
a pensar que ya para entonces intuían lo que para 1895 Gustav Le Bon llamaría “la
psicología de las masas”, en donde toda masa, para su movilidad requiere de
imágenes que sirvan como símbolos de afectividad y de líderes que guíen…
Todo esto fue un requisito necesario para que se diera la
lucha, así como la influencia teórica de Morelos, posiblemente libertaria y
posteriormente liberal, que aunque parezcan contradecirse, supo hacerlas suyas
y utilizarlas estratégicamente para cada preciso momento; y así también, la
ayuda de sociedades secretas de gente inmiscuida en todos los ámbitos de la
vida social como los Guadalupes con quienes tenía correspondencia y le enviaban
conocimientos teóricos e ilustrativos de lo que sucedía en la ciudad de México
para su táctica.
Morelos, través de los Sentimientos de la Nación,
instituyó la virtud, las artes, el conocimiento y derrocó el esclavismo, el
racismo, la ignorancia, el hurto, la tortura e instituyó la rotación de bocales
elegidos para regir la nación.[14];
todo esto lo podemos encontrar en esos 23 artículos de los Sentimientos de la
Nación. ¿Nos suena raro, verdad? Pues así fue, desde esa época Morelos sabía lo
que se necesitaba para construir una nación prodigiosa. Lamentablemente y a
pesar de toda su lucha nuestro presente resulta distópico también puesto que no
hemos cumplido con algunas de las más importantes máximas de su legado.
Convoco así, a que en este bicentenario de los
Sentimientos de la Nación, retomemos estas leyes y las contextualicemos para reconstruir
en el presente una Nación virtuosa, como lo deseó y lo fue el gran Morelos,
pero desde luego contextualizándolas y adecuándolas al presente, en donde por
ejemplo, los artículos que refieren a la religión católica sean eludidos pues
fueron necesarios para su momento pero para nuestro presente y desde 1917
tenemos en claro que el culto religioso debe ser una actividad libre e
independiente del Estado.
¡Por un México libre e independiente, sintamos la Nación
mexicana!
Referencias:
GUERRA, R. (2012) Los
Sentimientos de la Nació y la Hipótesis Cristiana. Independencia e Ilgesia:
CEM, Impresora Varel: México.
HURTADO, A. (2003) J.
María Morelos. Grandes Mexicanos Ilustres: Dastin, S. L.: España: Madrid.
LÓPEZ, F. (2002) Los
Sentimientos de la Nación y su Esencia: La Voz de Michoacán: México:
Michoacán.
REYES, S. (2000) Sentimientos
de la Nación. José María Morelos: Ediciones Michoacanas: México: Michoacán.
REYNA, J., LÓPEZ, Ma., ARROYO, S., HERRERA, J., TINOCO,
V., PÉREZ, H., TORRES Ma., BRIBIESCA, G., RAMOS, F., MENDOZA, J., CALDERÓN, F.,
AGUILAR, H., GONZÁLEZ, A., OSEGUERA, D., CHÁVEZ, H, DE DIENHEIM, C., MORALES,
Ma., COLOR, R., ARÉVALO D., MAGAÑA, J., CALDERÓN, Ma., ESTRADA, J. y AGUILAR,
M. (2013) Sentimientos de la Nación.
Edición Conmemorativa del Bicentenario: Editorial Morevalladolid: México:
Michoacán.
Secretaría de Educación Pública (1997) Historia de México. Sexto Grado:
Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos: México. D. F.
TREVIÑO, J. H., VÉLAZQUEZ, R., TREVIÑO, M. H., SOLÍS, A.
(2008) Historia de México. Secundaria:
Ediciones Castillo: México: D. F.
ZÁRATE, J. (1974) México
a través de los Siglos: Editorial del Valle de México S. A.: México: D. F.
Notas:
[1]
Dra. en Derecho y profesora de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
[2]
Título que le es asignado por el
Congreso de Anahuac como mayor jefe del ejército de independencia pero él mismo
lo rechaza pues no lo creyó digno de sus cualidades, sin embargo, el pueblo, el
ejército y el mismo congreso rechazaron su denegación y por fin aceptó, bajo
cuatro condiciones, pero también asumiéndose como Siervo de la Nación.
[3] “Quien tenía una personalidad de entre
militar, político y matón” dice Humberto Aguilar Cortés.
[4]
Tanto Morelos como Hidalgo en sus escritos escriben “Nación” iniciando con
mayúsculas y desde allí podemos notar el valor que le daban al proyecto de
independencia y la constitución de un nuevo régimen.
[5] Fragmento del 1° artículo de los
Sentimientos de la Nación.
[6]
Quien lo abandonó dejándole con su madre y un hermano para luego volver a los
10 años sólo a embarazar de nuevo a la madre de José María e irse de nuevo,
dejando así a una niña en el porvenir.
[7] Lic. en Derecho por la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales de la UMSNH y catedrático de la misma. Idea que
apunta en su análisis sobre el artículo 12° de los Sentimientos de la Nación en
el libro conmemorativo publicado en 2013 por la Secretaría de Cultura de
Michoacán.
[8]
Quien pretendía ser el siguiente líder de
independencia después de Hidalgo, por ser su más allegado pero Morelos
se le adelantó en esa tarea pues tras un fugaz encuentro con Hidalgo quien le
encomendó “levantar el sur” ganó batallas y el reconocimiento de la gente y se
posicionó como el máximo líder en su momento.
[9]
Idea del artículo 5° de los Sentimientos de la Nación.
[10]
Artículo °17 de los Sentimientos
de la Nación
[11] En el artículo 5° de los Sentimientos
de la Nación aparece la división de los tres poderes y el concepto de
soberanía, el cual dimanaría del pueblo.
[12]
Licenciada en Derecho y magistrada del Supremo Tribunal de Justicia de
Michoacán.
[13]
Artículo °19 de los Sentimientos
de la Nación.
[14]
Ideas plasmadas en los artículos °10, °12, °18 y °7 de los Sentimientos de la
Nación.
Acerca del autor:
Psicólogo egresado de la Facultad de Psicología de
la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Diplomado en Historia de la Filosofía como
Práctica Existencial. Diplomado en Psicoterapia de Niños y
Adolescentes. Ha publicado en dos libros y diversas revistas.
Presentación de ponencias en la UNAM(DF), UAQ(Qro.), CUC(Pto.
Vallarta), facultad de artes, letras, filosofía y psicología
(UMSNH) 1º Lugar en el concurso internacional de ensayo en honor al Ignacio Ramírez "El Nigromante". Lugar en el concurso estatal de ensayo del Congreso Bicentenario de los Sentimientos de la Nación.
Reconocido por la Fundación México con Valores por ejercer los valores
de Superación Constante y Disciplina en el ámbito profesional en
favor de una sociedad más positiva y justa. Fundador y Director de Espacio
Multidisciplinario para el Aprendizaje de las Humanidades [EMAH];
emprendimiento apoyado por la red mundial de emprendedores sociales Ashoka. Consejero Juvenil Ciudadano de Morelia en la Comisión
de Emprendedores. Tallerista en el programa "De la
Secu a mi Barrio" de la UMSNH. Artista urbano con 10 años de trayectoria y cuenta con un EP de música rap.